miércoles, 7 de abril de 2010

Sentados, esperando ser arrojados. Descansan vivos, los recuerdos.


Te miraba, te admiraba. Y mi lagrima que en este momento se cae no se detiene.
Por mas que le hable, le grite y le llore... no se detiene.
Por mas que me pegue, me consuele y me desespere... no se detiene.
Por mas que el mundo me diga a golpes que seguis estando... no se detiene.
Lo unico que detiene esa lagrima, es el olvido pasajero, ese laberinto obligatorio que entramos todos los dias para sobrevivir.
Eras genial, abuela.
Eras genial cuando ocultabas mis dulces picardias. Cuando sacabas lo mas lindo de mi.
Por todo esto te sigo recordando, abuela. Eras genial y por eso, no se detiene.

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