Me quedo solo, arrodillado, sin fuerzas...

Me quedo con tocar la guitarra como pueda y no simular una imaginaria.
Me quedo con sentarme en la verdad y respirar otro aire, y no ver “otra realidad”
Me quedo con la mirada del vecino que con la de aquel periodista.
Me quedo con el pibe que crea música antes que con el otro enchufado auricularmente.
Me quedo con el tanguero “careta” que con el “cantante” tirado en el cordón.
Me quedo con el arquero con agujeros que con el delantero vanidoso.
Me quedo con la cegues de Birmajer y no con la baba de Tinelli.
Me quedo con un Bielsa arrodillado antes que un Maradona en las nubes.
Me quedo con mis gustos y convicciones.
Me quedo solo.
Escribiendo mi soledad.