El 26 a la noche estuve en una galería de arte, estuve 120
minutos y me fui, impresionado, cabizbajo, con una mezcla de desazón y alegría.
En la cama con insomnio, pensaba en esos cuadros, en cada
instante uno nuevo, ¿Es acaso ese pintor un ser
terrenal?
Los cuadros se
observan, se disfrutan, te hacen reflexionar, uno se puede ver en el cuadro,
puede resignificar momentos de la vida, se puede simplemente mirar. A los
cuadros se los cuelga bien arriba, porque alguien se esforzó para pintarlos,
alguien le dedicó la vida a eso.
Los cuadros pueden parecerse a otros cuadros, incluso una
corriente de la crítica del arte polemiza con comparaciones odiosas, pero cada
obra tiene su contexto, su particularidad.
Hay varios estilos que ejercen estos falsos mortales a la
hora de crear, pueden ser vanguardistas haciendo algo que jamás se hizo, o
pueden traer una idea del pasado para transformarla y superarla, ‘Superación’
es su palabra favorita para estos pintores, que si miran para abajo es por un
accidente gestual, nada los para, pintan hasta que le sangra la mano, y le
dejan a los espectadores la tarea mas fácil, la de sentarse y observar.
La historia de cada uno es muy particular, Dalí, por
ejemplo, hacía mucho trabajo por pedido, le costaba enamorarse de sus técnicas,
de su pincelada, porque era otra la prioridad gustativa: el cliente.
Picasso, decía que la inspiración le llegaba trabajando, en
el trance de él y su obra, por eso verlo es adivinar todo el tiempo que trazo
va a venir.
Van Gogh, es el pintor inmessionista mas importante de todos
los tiempos. Perdon, impresionista.
Su obra fue sub valorada por los que convivieron en su
época, sus vecinos lo trataban de loco, pecho frio, pero él se cegaba y pintaba
mas que nunca, sin querer se convirtió en los siglos venideros, en uno de los
artistas mas influyentes de la historia.
¿Qué hubiera pasado si Van Gogh le hubiese dado cabida a esa
bulla emocional sin sentido, que nace en el barro de los mediocres? ¿Qué
hubiese pasado si los ojos de Vincent, hayan elegido mirar los cuadros no
vendidos? El éxito te puede comer los ojos, las manos, los pies.
El éxito es el queso y la trampa, uno no elige fracasar o
ganar, uno se desmantela asimismo, acarrea al mundo a sus pies.
Sigo con el corazón a todos aquellos que no festejan derrotas,
pero que se abstraen del viento en contra para seguir luchándola, porque saben
que sus pies escriben la piedra, y que mañana sus huellas serán la guía, de unos
cuantos.
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