Tormenta eléctrica. Late un cuerpo de frágil presencia. Las piernas son palos de yerba y los dedos pétalos de algún panadero.
Vuelan por el viento sus pensamientos, las emociones y las virtudes. Y a pesar de eso, el cuerpo está firme. Con una tanza de cadera, una púa simula su pecho, y a pesar del tornado que se lleva su alegría, la pureza, el angelito y el diablito, a pesar de ese clima psicológico, el cuerpo, de frágil presencia, sigue firme.
Sin desamor, ni sudor, ni palabras.
Siguen volando las sensaciones, las amarguras y la tibieza.
Pero el cuerpo, que ya no le duele ni le agrada nada. Sigue apostando a la vida, cargando el optimismo de que algún día, Salga el SOL.
Para qué poner palabras de más si el texto es perfecto?
ResponderEliminarEl frágil cuerpo sigue apostando porque miles de tormentas pasaron a lo largo del tiempo tormentándolo cada tanto, y golpeándolo un poco casi como apropósito, búrlandose.
Hasta que un día, ya con muchas tormentas en su mochila, se quiera liberar de todo eso, se revelerá frente a todo lo que hizo mal, intentando provocar un efecto inverso.
PEro, conociendo a ese cuerpo débil, sé que nunca lo haría, porque es incapaz de hacerle daño a alguien.
Ojo, que algunos dicen que 'después de la tormenta viene la calma' Quién sabe?
Sacándome el rol de escritora, y ahora poniendome la camiseta de amiga, te digo gracias por estas hermosas y sencillas palabras, y por estar conmigo, acompañandome, como podés :)
Te quiero,
Caro.