Me miente el viernes.
Se hace el soleado, el cálido y templado.
Me toca su viento, soberbio y con ganas.
Ahora una pena se fue.
Era la última que me quedaba
Y me quede solo.
Me mintió el viernes.
Me dijo que estaba el sol.
Pero me quede solo.
Sin pena.
Sin gloria.
Con la almohada en el pecho.
Con sueños de entrecasa.
Hoy me rebelo.
Lo encaro.
Y le sugiero que la próxima semana:
Sea más sincero.
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